Vamos a hablar de las minas de carbón más importantes de Cataluña y de su museo minero. Se trata de las minas de Cercs o Fígols. Sigue leyendo porque te lo cuento todo en este artículo.
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El museo de las minas de Cercs
El museo consta de 2 partes. Una dedicada al carbón en sí mismo y otra a la historia minera de la zona centrándose en el tema social. Me ha gustado mucho porque tiene soluciones museísticas muy sencillas, pero que cumplen perfectamente con su cometido y además son estéticas. Tienen gran variedad de herramienta y maquinaria, audiovisuales, bastante cartelería con fotos antiguas y han recreado una vivienda obrera.
La única cosa que no me gustó es que nos dijeran que si venía a la visita alguien que hablara catalán, el pase sería en ese idioma. Creo que lo más lógico es que, ya que todos hablamos castellano, el pase se dé en la lengua común para todos. En otros museos hay pases en catalán y otros en castellano y tú te apuntas al que mejor te venga, pero esto me pareció un gesto que no favorece el turismo. Aún así os recomiendo que vayáis a verlo porque es muy interesante.

El museo se inauguró en 1999 y se encuentra en el edificio que fue la residencia de las monjas de la colonia de Sant Corneli. Está situado junto a la mina de Sant Romà y han aprovechado la plaza minera para exponer unas cuantas máquinas que trabajaron en la mina (locomotoras, bombas, vagones…). Además, frente al aparcamiento te encuentras con una verdadera joya, que aunque no trabajó en ninguna mina, es una verdadera preciosidad. Una excavadora Bucyrus de 1922 con motor de vapor que realizó diversas obras públicas en la ciudad de Barcelona, entra ellas la construcción del estadio de fútbol del F.C Barcelona.
La mina de Sant Romà
Se trata de una bocamina con galería transversal que han habilitado para la visita. Es la entrada original, aunque por razones obvias no se puede acceder a las zonas de trabajo. Te ponen un casco y te meten en un vagón tirado por una locomotora. El trayecto es de unos 500 metros en línea recta. Llegados al final, la locomotora regresa y hacemos la vuelta andando. Durante el recorrido han construido varios dioramas con diferentes herramientas y maniquís para ilustrar cómo era el trabajo de los mineros. Visualmente es muy atractivo, aunque yo hubiera colocado algún foco de apoyo en varios puntos, ya que la iluminación es escasa.
Información de interés
- El precio de la entrada de adulto es de 11€, para jubilados, grupos y jóvenes (13 a 18) es de 8,80€ y los niños de 5 a 12 4€.
- Abre de martes a domingo. Entre semana de 10:00 a 14:00 y los fines de semana de 10:00 a 15:00. En Semana Santa y en agosto también abren por las tardes de 16:00 a 18:00 o a 19:00 respectivamente.
- Si te alojas en la zona, la entrada de adulto tiene un 20% de descuento.
- La visita a la mina dura unos 3/4 de hora y no tiene dificultad ninguna.
- Hay audioguías en varios idiomas.
- NO se aceptan mascotas.
Historia de las minas de lignito

Las minas se empiezan a explotar en 1851 por pequeñas empresas que hacen poco más que perforar galerías cortas. La orografía es bastante complicada y para llevar el carbón a los clientes hay que salvar varios cientos de metros de desnivel. La única forma de hacerlo es mediante carros tirados por animales, por lo que el precio final aumenta mucho y para ser competitivos hay que reducir el sueldo de los mineros.
Las minas pasan a manos de empresas nacionales y extranjeras, pero sin variar mucho el sistema de explotación. En 1893, un tal Jose Enrique de Olano se hace con todas las concesiones. Este personaje será tremendamente importante para la zona ya que hará del Alto Bergadá el núcleo minero más importante de Cataluña. Tanto es así que en 1908 es nombrado Conde de Fígols por el rey Alfonso XIII.
Las minas con los Olano
La verdadera revolución para la comarca fue la creación de la línea férrea Manresa-Guardiola, con una estación al pie de la montaña. Así, el carbón de las minas de Fígols tenía salida a un mercado más amplio con un precio mucho más competitivo, pero aún falta por resolver un problema importante. Había que bajar el carbón hasta la estación que se encontraba 330 metros por debajo de la mina más alta. Para ello se construyeron una serie de planos inclinados permitiendo transportar el carbón de forma rápida y barata.
En 1911 se constituye la empresa «Carbones de Berga» que estará en funcionamiento hasta 1990. Será la principal impulsora del motor industrial de la zona explotando 4 minas: Sant Romà, Sant Josep, Esteve y Consolació.
Térmicas y cementeras

Al finalizar la primera guerra mundial, hubo una crisis que afectó en gran medida al carbón, por lo que Olano tuvo que buscar una salida a su mineral. Tras varias negociaciones consiguió un acuerdo para que se construyera la central térmica de Fígols, junto a sus minas, a la que suministraría carbón a precio de coste y de esta forma vender sus excedentes. Se inauguró en 1931 y estuvo activa hasta 1970, momento en el que la empresa propietaria comenzó a producir electricidad en la central térmica de Cercs, construida justo al lado. Actualmente solo queda el edificio principal de la primera central y lo que vemos son las chimeneas de la segunda.
La modernización de las minas y la incesante llegada de trabajadores hicieron que la producción creciera exponencialmente hasta 1974. El el momento de mayor auge había casi 3.000 mineros trabajando en las minas y entre 1955 y 1974 la producción anual era de entre 265 y 484 mil toneladas, por lo que hubo que buscar nuevos clientes. De esta forma, la familia Olano crea una cementera en 1960, muy cerca de la central térmica y que consumiría ese excedente de carbón.
Por cierto, si te gustan las minas y estás por la zona no dejes de visitar las minas de sal de Cardona.
El cierre de las minas

En 1975 hubo un gran accidente en la mina Consolació, la única que seguía operativa, en el que murieron 30 trabajadores. La mina estaba catalogada como de primera categoría, lo que significa que no tenía grisú, pero se piensa que hubo una deflagración provocada por este gas. Es un misterio aún por resolver. En la zona hubo otros accidentes muy graves anteriormente, siendo los más importantes el de Saldes en 1944 donde murieron 33 mineros y el de Vallcebre, en 1951, dejando 18 muertos.
A esto le sumamos una crecida del río Llobregat en 1982 que inundó la mina Consolació, quedando inoperativa. Así que la empresa fue despidiendo trabajadores para intentar mantenerse, pero finalmente eran más las pérdidas y en 1990 tuvo que echar el cierre.
Colonias obreras
Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta una explotación minera importante es qué hacer con toda la gente que llega buscando trabajo. La gran mayoría son hombres que van solos a una zona en la que no hay viviendas, por lo que empiezan a hacinarse alquilando habitaciones o creando chozas. En estas condiciones, los trabajadores rinden muy poco, ya que están mal alimentados, no descansan, suelen enfermar y dedicar su poco tiempo libre a juntarse con los compañeros y beber alcohol.
La familia Olano supo resolver este problema levantando varias colonias en las que se construyeron cuarteles (viviendas obreras) para que los mineros pudieran traer a sus familias. Estas viviendas disponían de baño y agua corriente, estaban al lado de las minas y tenían varias habitaciones para alojar a familias grandes.
Las colonias de las minas de Fígols

Actualmente hay una colonia muy bien conservada, la de Sant Corneli, donde se encuentra el museo. Un poco más abajo quedan algunos cuarteles de lo que fue la colonia Sant Josep. Por último está la Consolació, aunque un corrimiento de tierras se ha llevado buena parte. La de Sant Corneli está en un estado de conservación excelente y llaman la atención los retretes, situados en la parte posterior de las viviendas.
Algo que atrae muchísimo es la vivienda de los Olano. De lejos parece un castillo, justo encima de la iglesia de la Consolació, rodeado por un muro y con almenas. Hoy en día está abandonado y a la venta y cuando entras… buf, flipas. Es una mansión espectacular, con techos altos, grandes escaleras y una sala central abierta hasta el tercer piso con el techo decorado con pinturas. La terraza es accesible y las vistas desde todos los balcones son alucinantes. No te puedo recomendar que entres porque no debes hacerlo, pero me encantó poder verla por dentro.
Te dejo un estudio muy interesante sobre las minas, por si quieres indagar un poco más en su historia.