¿Sabías que el Torcal de Antequera es uno de los paisajes kársticos más importantes de Europa?¿Que tiene unos endemismos increíbles y que se puede recorrer con toda la familia sin problema? Sigue leyendo que te lo voy a contar todo.
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El Torcal, un espacio natural protegido
El Torcal de Antequera es el espacio natural protegido más antiguo de Andalucía ya que en 1929 fue declarado «Sitio Natural de Interés Nacional». En 1989 se incluyó en la REPA (Red de Espacios Protegidos de Andalucía), pero es que también es ZEC (Zona de Especial Conservación) y ZEPA (Zona Especial de Protección para las Aves). La cosa no queda ahí, resulta que desde 2014 también es Patrimonio Mundial de la Unesco, aunque esto es más por los Dólmenes de Antequera. Casi nada.
Se encuentra en la provincia de Málaga (Andalucía), entre los municipios de Antequera (al norte) y Villanueva de la Concepción (al sur). Tiene una extensión de 11,7 km² y está a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar, por lo que lleva algo de abrigo por si acaso. ¿Por qué tiene tantos niveles de protección? Pues porque es uno de los paisajes kársticos más importantes de España y de Europa, además de ser muy rico en fauna y flora y tener algunos endemismos. Todo esto te lo cuento más adelante.
El nombre de Torcal viene porque hay muchas torcas. Las torcas también se llaman dolinas y son depresiones circulares del terreno típicas de los paisajes kársticos donde se acumula el agua.
Rutas de senderismo
Disfrutar de este pedazo de espacio natural es muy fácil. Por una parte tienes un centro de visitantes donde puedes absorber mucha información antes de hacer las rutas, además de participar en las actividades que realizan o contratar rutas guiadas. Si prefieres ir a tu aire, hay 3 rutas muy bien señalizadas y puedes leer antes todo esto que te cuento o ver el vídeo para enterarte un poco de lo que vas a ver.

Ruta Verde
-Recorrido: 1,50 km – circular -Desnivel: 40 m -Duración estimada: 45 minutos -Terreno: muy pedregoso e irregular -Dificultad: media-baja -Sendero señalizado | Se trata de un atajo de la ruta amarilla y es que comparten gran parte del recorrido. Se inicia en el aparcamiento superior y finaliza en el dentro de visitantes. Se puede hacer con niños perfectamente, aunque hay que tener en cuenta que el terreno es muy irregular. Está perfectamente señalizado con balizas, postes y líneas verdes pintadas en la roca. Si no tienes mucho tiempo es una buena opción para disfrutar del Torcal, ya que podrás hacerte una idea de las estructuras típicas de la zona y ver algunos de sus árboles singulares. |
Ruta Amarilla
-Recorrido: 3 km – circular -Desnivel: 53 m -Duración estimada: 2 horas -Terreno: muy pedregoso e irregular -Dificultad: media -Sendero señalizado | Inicia y acaba igual que la ruta verde y es el doble de larga. No es difícil pero es un poco más exigente y en algunos tramos puedes perderte si abandonas el sendero (sobre todo en días de niebla). Se adentra por varios callejones bastante umbríos donde se puede observar una riqueza vegetal brutal. Es la que te recomiendo si quieres disfrutar al 100% del Torcal de Antequera. También está perfectamente señalizada y no tendrás ningún problema en hacerla. |
Ruta Naranja
Recorrido: 3,60km – lineal Desnivel: 263 m Duración estimada: 3,5 horas (ida y vuelta) Terreno: muy pedregoso e irregular Dificultad: media Sendero señalizado | Es una ruta que comienza en el aparcamiento de abajo y te lleva hasta el centro de visitantes. Es lineal y te permite ver restos de canteras y edificaciones de pastores. El complemento perfecto si eres andarín y quieres disfrutar de todo lo que ofrece el paraje natural. Puedes continuar por las rutas verde y amarilla y así tener geología, paisaje, flora, etnografía… La ruta más completa y la más larga y exigente, aunque sigue sin ser difícil. Te recomiendo llevar la ruta en un GPS porque hay un punto en el que te puedes confundir. |

¿Cómo se formó el Torcal de Antequera?
Para entender esto tenemos que remontarnos hasta el Jurásico, hace unos 200 millones de años, cuando toda la zona se encontraba bajo un mar poco profundo (el Mar de Tetis). Durante 175 millones de años, la muerte de los animales que lo habitaban provocó que sus conchas, caparazones y esqueletos se depositaran en el fondo. Imagina la cantidad de carbonato cálcico que se acumula en todo este tiempo y es que se han formado multitud de estratos con una potencia (espesor) de miles de metros.
Hace 25 millones de años, en el Mioceno, tuvo lugar la orogenia Alpina, donde se formaron las grandes cordilleras de nuestro país. Durante esa época, la placa Ibérica empezó a empujar hacia el sur y la Africana, hacia el norte. Lo que pasó es que lo que estaba en medio se elevó. Además de crear una montaña de más de 1.200 metros de altitud (que hoy en día sigue creciendo), la presión ejercida por el choque de ambas placas provocó la fractura de los estratos. Estas fallas se repartieron por toda la superficie y permitieron que el agua se infiltrara, lo que ha ocasionado el inicio de la formación del Torcal de Antequera.

Agua, viento y caliza
El carbonato cálcico no es soluble en agua, a menos que sea un medio ácido. Lo que ocurre es que el agua captura el CO2 del aire y del suelo y se forma ácido carbónico. El ácido carbónico sí que puede disolver la caliza, por lo que se acrecienta el proceso de la erosión. El agua entra por las fallas y va disolviendo la roca, así que se van formando diaclasas y cuevas. Con el paso de decenas o cientos de miles de años, las cavidades se van ensanchando y pueden llegar incluso a colapsar. Al final, es tal la cantidad de huecos y grietas de un sistema kárstico que lo podemos asemejar a una esponja. Cuando llueve absorbe grandísimas cantidades de agua que va acumulando para finalmente evacuar a través de una surgencia. Es por esto que estas zonas son el nacimiento de muchos ríos y se suelen crear acometidas de agua potable para uso humano.
El que los estratos estén horizontales ha ayudado mucho a crear esas formas tan características. Algunos son más resistentes a la erosión que otros, lo que hace que unos se erosiones más y otros menos. El viento cargado de partículas, el hielo que se forma en las grietas y el agua de lluvia han ido moldeando el paisaje, rompiendo y desgastando la roca. Al ir alternándose forman estructuras muy guapas que nos hacen imaginar y buscar semejanzas con formas conocidas.
Fauna y flora del Torcal
En esta sierra se han descrito 116 especies de animales vertebrados (una especie de Anfibio, 11 de Reptiles, 82 de Aves y 22 de Mamíferos) y 664 de vegetales [12 especies de líquenes, 77 de Briofitos (musgos y hepáticas), 10 de Pteridofitos (helechos) y 565 de plantas con semilla (Espermatofitas)]. Como puedes comprobar, la vida aquí se abre paso a pesar de la degradación del terreno y es que el hombre se ha encargado de alterar (para mal) este paraje para su enriquecimiento.

El tipo de vegetación que se podía encontrar aquí hace unos cientos de años era el asociado al encinar, aunque hoy en día poco queda. La explotación del carbón vegetal y el pastoreo han eliminado la mayoría del bosque, junto con la extracción de piedra de sus canteras. La encina (Quercus ilex) está acompañada por serbales (Sorbus aria), arces (Acer monspesulanum), y quejigos (Quercus faginea), junto a cerezos caninos (Prunus mahaleb). Al ser una zona muy rocosa hay muy poco suelo, por lo que los árboles no pueden crecen mucho y es habitual encontrarlo con porte arbustivo.
Endemismos y especies protegidas
Si madrugas un poco y vas sin hacer ruido, será fácil que te encuentres con cabra montés (Capra pyrenaica hispanica). Con un poco de suerte y observando bien podrás ver tabaco gordo (Atropa baetica). Es una planta parecida a la belladona, en peligro de extinción y con poblaciones que se cuentan con los dedos de las manos en nuestro país.
Mirando para arriba te puedes encontrar alimoches (Neophron percnopterus), águilas perdiceras (Hieeraetus fasciatus) y las siempre increíbles águilas reales (Aquila chrysaetos).
Si nos ponemos a buscar en las grietas de los callejones será fácil que nos llevemos una sorpresa en forma de endemismo rupícola. En estas zonas crecen Saxifraga biternata, Linaria anticaria, Viola demetria o Scrophularia viciosoi.
Ya ves que esto es como un parque de atracciones para los amantes de la naturaleza, pero es que además es un sitio guapísimo y si te gusta la fotografía, pues la guinda del pastel. Por todo esto te recuerdo que es una zona frágil y que nuestras acciones tienen un impacto significativo. Disfruta de la naturaleza respetándola, no dejes nada que no estuviera allí antes (las cáscaras de plátano y naranja tampoco) y no te lleves nada de lo que sí estuviera (flores, rocas o animales).

El Torcal y el hombre
Este lugar ha sido habitado o utilizado por el hombre desde unos 10.000 años. Se han encontrado restos en varias cuevas y simas (cueva del Toro, de la Cuerda, de Marinaleda…) así como en superficie. Muy cerca, en Antequera, se encuentra el conjunto de los dólmenes de Antequera, siendo el complejo megalítico más importante de Europa.
Se sabe que los romanos también utilizaron estos terrenos para extraer piedra y poder construir sus villas y tras ellos llegaron los árabes, que construyeron una torre de vigilancia. En el siglo XX aún había un pequeño poblado (hoy ya abandonado) llamado de las sepulturas que estaba formado por canteros en su mayoría. Después ya solo han habitado temporalmente estas tierras los pastores y maquis que se escondían en la sierra.