En este vídeo te explico el funcionamiento de una central térmica de carbón, en concreto la de Andorra (Teruel). Tuve la suerte de poder acceder a ella poco antes de su cierre y me dieron permiso para grabar y poder contarte los entresijos de una mole de estas características. Si sigues leyendo encontrarás información adicional sobre el tema y si quieres estar al día de lo que publico, puedes apuntarte a la lista de correo mediante este enlace .
El consumo de carbón en España
El carbón ha sido una de las principales fuentes de energía en todo el mundo. Fue lo que impulsó la revolución industrial y es lo que está consiguiendo que los países en vías de desarrollo puedan garantizar su enorme consumo eléctrico. Es un combustible barato, generalmente fácil de extraer y con un alto poder calorífico, pero tiene la contrapartida de ser muy contaminante. Además de la producción de CO2 (el principal gas de efecto invernadero) también genera una gran cantidad de deshechos en forma de cenizas y es por esto por lo que tenemos que reducir su uso.
En los últimos años, la quema de carbón para producir electricidad suponía en torno al 17% del total generado en nuestro país, pero en 2019 se redujo hasta un 5%. Ese año, la producción eléctrica en España se distribuyó de la siguiente manera: 21,9% de ciclo combinado, 21,2 de nuclear, 20,6 eólica, 11,4% cogeneración, 9% hidráulica, 5,5% solar (fotovoltaica y térmica), 5% carbón, 3,7% otras no renovables y 1,7% otras renovables.
El cierre de las centrales térmicas en España
Una de las medidas que ha tomado Europa para luchar contra el cambio climático es imponer una tasa por cada tonelada de dióxido de carbono emitida para producir electricidad. Se la conoce como el derecho de emisión de CO2 y en los últimos años a cuadruplicado su precio, rozando los 25€ por tonelada en 2019. A esto le unimos las millonarias inversiones que tienen que llevar a cabo las eléctricas para modernizar los filtros de partículas que garanticen el cumplimiento de la nueva normativa medioambiental. Este cóctel ha hecho que el carbón deje de ser rentable y es por ello que el pasado 30 de junio de 2020 se cerraron la mayoría de las centrales térmicas de España. Estas han sido las de Velilla de Río Carrión (Palencia), La Robla (León), Andorra (Teruel), Compostilla (León), Narcea (Asturias),Puente Nuevo (Córdoba) y Meirama (A Coruña).
También echarán el cierre las centrales de Lada (Asturias), As Pontes (A Coruña), Litoral (Almería) y Los Barrios (Cádiz), pero están esperando a recibir el permiso del ministerio. Solo quedarán en funcionamiento 4 centrales térmicas en todo el país y son las de Aboño y Soto de Ribera (Asturias), Carboneras (Almería) y Es Murterar (Mallorca).
La mayoría de empresas eléctricas tienen planeado instalar huertos solares en los terrenos que ocupaban las centrales, continuando así con la producción energética y disminuyendo las emisiones. Esto es posible por el abaratamiento de las energías renovables que han llegado al punto de ser verdaderamente competitivas.
Centrales de ciclo combinado. El gas, el gran beneficiado
Tras el cierre de las centrales térmicas de carbón cabría esperar que ese hueco energético lo hubiera ocupado un mix de energías renovables, pero no ha sido el caso. Los grandes beneficiados de todo esto han sido los productores de gas, que han visto como España ha pasado de tener sus centrales de ciclo combinado en mínimos de funcionamiento a convertirlas en su principal fuente energética.
Nos quieren vender la moto de que el gas es un combustible limpio, pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que sus emisiones de CO2 y NOX son la mitad que las del carbón, pero siguen siendo altas emisiones. Estamos hablando de 200 gr de CO2/kwh del gas, que parecen pocos si los comparamos con los 320 gr de CO2/kwh del carbón o los 280 gr de CO2/kwh del gasóil, pero que son una barbaridad frente a los 37 gr de CO2/kwh de la biomasa, los 5 gr de CO2/kwh de la energía eólica o los 2,1 gr de CO2/kwh de la energía solar térmica (estas energías no generan CO2 durante su funcionamiento, pero os he dado lo que se emite durante su fabricación y transporte).
Objetivo 2030. 70% de energías renovables en España
Para poder ajustarnos a los niveles de emisiones que nos exige Europa, para el año 2030 deberemos de generar un 70% de la electricidad mediante energías renovables. España es uno de los países a la cabeza de Europa en instalación de parques eólicos y huertos solares y esta tónica va a seguir los próximos años.
Para llegar a esas cifras habría que instalar 50 GW entre solar fotovoltaica y éolica. Actualmente tenemos unos 25 GW de eólica y 9,1 GW de solar fotovoltaica, lo que implica sumar el doble de la potencia instalada actual. La crisis del COVID19 ha generado un parón en la instalación de renovables, pero aún así se ve posible alcanzar el objetivo fijado para 2030.